Mis lágrimas inundan mi mente,
mis ojos no ven el horizonte,
mis oídos sordos, tristes están,
pues solo soy un juguete de Satán.
Un mero objeto sin ningún sentido,
incapaz de soltar algún chillido,
que al mundo pueda soltar,
para poder asi conseguir alertar,
de este sufrimiento, de esta agonía,
de mi realidad convertida en ironía.
Pues mi única vida, yo no la poseo,
y mi libertad es mi verdadero deseo.
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