viernes, 9 de octubre de 2009

Hijos de la media noche- 6º parte

"¿Yo? ¿Qué quiere decir? ¡¿Yo no e echo nada?! Tranquilizate, deja que se explique"
-A lo que me refiero, es a que necesito gente que, por así decirlo, reze por mí, que deseé que salga de ese infierno. Creando el foro la gente que entra me ayuda a salir y ayudar a esas pobres almas en pena-.
-Pero... ¡pero esta mal! ¡La muerte no es la solución!- mi ojos poco a poco se humedecieron y al final, empezó un llanto silencioso.
Depués de saber la verdad... La responsabilidad de la muerte de gente inocente, me golpeaba con un gran martillo, impidiendo que respirara con normalidad.
-Yo solo ayudo a la gente a estar en paz- se había ido acercando a mí lentamente, y ahora su fría mano me cogía cuidadosamente la cara, obligandome a mirarle a los ojos- deberias estar orgullosa, tus amigitos del foro lo están. Mi único pecado a sido el de ayudar a la gente, y a sido gracias a tí, Lilium-.
-¡Deja ese royo del foro! ¡Me llamo Diana! y no Lilium... Y... Yo... ¡No quiero seguir con esto! ¡Yo soló que...
-Querías tener amigos...- terminó la frase Fanuel.
En aquel momento, sin previó aviso, me besó. Fue frío y hermoso, pero a la vez aterrador. Un dolor se sobrevino, un dolor inhumano, diria yo, uno, como nunca antes lo hubiera sentido ninguna persona. Cuando nuestros labios se separaron, la sangre brotó de mi boca, mi cuerpo empezó a temblar y un llanto desmesurado, nació de mi interior.
-Escalofriante... ¿verdad?- su rostro se había vuelto frío e inexplesivo- Pues eso es lo que yo siento desde que nací, no pasa un solo segundo sin que el dolor de la humanidad cargué sobre mi espalda, sin que en mi cabeza oiga los lamentos de los seres que habitan en este mundo-.
La sensación realmente era sobrecogedora, solo había estado apenas unos segundos sintiendo eso, y deseaba con toda mi fuerza, no tenerlo que oirlo más.
-Pero sabes una cosa... Tú... Tu puedes ayudarme a acallar esas voces y esos sentimientos-.
La idea de tener que aguantar ese sufrimiento desde el primer segundo de tu vida era horrible, pero matar a la gente no estaba bien... por otro lado... ese sufrimiento...
-No... ¡No!- grité en una reacción desesperada por acallar las dudas de mi mente.
Fanuel no dudó en coger mi cara y besarme otra vez. Esta vez, el beso duró mucho más, para mí fue una eternidad de agonía y sufrimiento.
Me dejé caer al suelo, vencida por el dolor y la armagura de aquel frío beso.
-Tu odias a la gente, aunque no quieras admitirlo. La humanidad te parece estúpida y sin sentido, encambio, cuando encuentras a alguien que la mata, le desprecias y reniegas de él... ¿No es más cobarde y miserable no aflontar la realidad y esconderse en la oscuridad de las sombras?, yo afronto mi realidad e intento acabar con ella, tú, sin embargo, tienes miedo a cambiarla, temes lo desconocido, pero que pasaría...¿sí esa nueva realidad te gustase?-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario