Sus palabras acariciaron mis pensamientos lentamente, abriendo una abanico de nuevas posibilidades respecto a mi nueva situación...
-Explicate mejor...- dije secandome las lágrimas de mis azulados ojos.
Su mano se deslizó por mi cara.
-Yo disfruto matando, tú odias a la gente de tu alrededor... Yo podría mandar al mismísimo infierno a toda persona que tú me dijeras y te aseguro, que no tendrías una venganza tan satisfactoria como esa, mi querida Diana- nuestros ojos se cruzaron y pudé contemplar la hermosura de sus ojos azules.
Nuestros labios se juntaron una tercera vez, aunque esta vez, quien había tomado la iniciativa, había sido yo. Al terminar mis labios se acercaron a su oreja.
-Susana... Ella sera la primera- mi elección había sido clara, nadie me había echo tanto daño como Susana, ahora sería la primera en conocer el calor de infierno.
-Como desees mi querida Diana-.
Cegada por el sabor de la venganza, envié uno por uno a todos los que me habían echo daño. Sabía que lo que estaba haciendo no estaba bien, asi que queriá estar presente cada vez que Fanuel habría una puerta al infierno, para ser consciente al cien por cien, de que era lo que estaba haciendo.
Mi alma fue oscureciendose con cada venganza mientras mi amor por Fanuel crecía. Eramos un equipo letal, el tenía la fuerza para matar, y yo la cabeza fría de elegir a la victima.
Pero pasaron los años y una noche en el mismo parque donde empezó todo, ocurrió.
Habíamos quedado para elegir e ir a visitar a las víctimas de aquella noche, una noche hermosa, donde las estrellas brillaban en el inmenso cielo. Yo decidí esperarle en el columpio, jugando como una niña pequeña. Una niña que se había convertido en la responsable de miles de muertes.
-Estas hermosa esta noche, mi querida Lilium-.
-¿Porqué de pronto me llamas Lilium? creía quje ese jueguecito del foro había acabado ya, mi querido Fanuel- dijé mientras una sonrisa burlona aparecía en mi cara.
Intenté besarle, pero él se alejó de mí, esquivando mis labios.
-¿Qué te pasa?- me quejé.
-Tienes demasiados pecados sobre tu corazón...-.
-Gracias a tí, no lo olvides, querido- me había convertido en una persona fría, y el único sentimiento que sentia era el amor... El amor hacia Fanuel.. y hacia la muerte...
-Eso es verdad, aunque ninguno de tus amigos de los Hijos de la media noche, han llegado tan lejos como tú-.
-¡Oh! asi que es eso, ¿me vas a matar por ayudarte tanto?, que ironía cuando fuiste tú, el que me convenció para hacerlo-.
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