Esta obra es mi mayor proyecto y me gustaría ir compartiendolo con vosotros mientras va naciendo poco a poco ^^.
Prefacio
Era una noche oscura y siniestra por aquellas tierras por las que no osaban adentrarse ni los más valerosos hombres. Las sombras jugaban en el suelo con la dulce luz de la luna llena en el cielo.
El silencio inundaba todos los rincones de aquel rincón... Únicamente interrumpido por el seco eco de unas gotas al chocar contra el frío suelo.
-Se jugó mucho al hacerme enfadar...- unas palabras acompañas por una lúgubre risa, pronunciada por una voz tan hermosa que helaría la sangre de cualquier humano...
-Mi...Mi señor...- esta voz era igual de hermosa que la de antes, pero sin ese tono majestuoso de la anterior.
-¡Búscame a otra! y al resto... hazles pasar... que descubran con sus propios ojos lo que pasa cuando me desobedecen- en la boca de aquel joven se podía ver una sonrisa interminable.
-Como desees, ¡que pasen todas!-.
En aquel momento la enorme puerta que encerraba la tan terrible escena se abrió, dejando pasar a varias mujeres de extrema belleza. Todas llevaban cadenas en muñecas y tobillos, serias heridas de cortes y quemaduras por todo el cuerpo. Su semblante era serio al entrar, pero nada más cruzar el umbral, el horror podía leerse en sus hermosos rostros, y, en alguno casos, un débil gemido salía de sus bocas.
Ante ellas se encontraba una escena cuanto menos hermosa. Un joven se hallaba sentado sobre los restos de un cuerpo que debió pertenecer a alguna dulce joven. El cuerpo del joven estaba completamente cubierto de sangre, y lo que parecían sus ropas, ahora eran míseros trapos. En su boca asomaban dos colmillos totalmente teñidos de sangre, de un color tan intenso, como el de sus dos enormes ojos rojos.
La habitación en la que se encontraban estaba destrozada, llena de muebles rotos y sangre. La chica que minutos antes había entrado sin ninguna vacilación, pronto había encontrado los verdaderos significados de las palabras tortura, dolor, impotencia y, por último, muerte. Sus restos quedaban completamente esparcidos por aquella pequeña habitación y pronto serían quemados.
-No lloréis por ella- la dulce voz interrumpió las ensoñaciones de las allí presentes- ella misma fue quien se lo buscó y he de decir que luchó hasta el final, casi me conmueve y todo- acabó la frase con una estridente risotada.
Las mujeres solo tenían ojos para la que había sido su amiga.
-¡Tú!, busca inmediatamente una sustita, ¿entendido?, y esta vez, no quiero que nadie intente jugármela, ¿comprendéis?-.
A falta de respuesta las mujeres se quedaron calladas mirando a su cruel amo, y el hombre que los acompañaba se retiro de la estancia sin antes decir un suave "como desees".
Y así, el desconocido salió de ese lugar en busca de alguna joven, para cambiar su vida sin poder remediarlo.
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