Capítulo 1- Comienzo (2º parte)
Fueron todo el camino hasta la hamburgueseria en silencio, a la vuelta lo mismo. Un frio silencio recorria el espacio entre ambos. David oia su mp3, y Erika jugueteaba con el "llamador de angeles" que le regalo su padre el último cumpleaños que habian pasado juntos... ella siempre lo llevaba puesto desde aquel dia.
David y Erika no tenian muchas cosas en común, se podía decir que practicamente lo único que tenian en común eran los padres. A David le gustaba el hip-hop, el rap, mientras que a Erika el rock, el punk, el heavy metal. Erika era un chica cayada que solia pasar desapercivida, David pretendia ser siempre el centro de atención. La Play Station y el ordenador eran los únicos hobys de David, por otro lado a Erika la encantaba tocar y componer con su guitarra y leer. Dos polos opuestos condenados a vivir juntos, aguantandose todo el dia, pero, al fin y al cabo, queriendosa con un amor de hermanos.
Muchas veces Erika se preguntaba si ella se pareceria más a su padre que a su madre, o por el contrario seria David el que se pareceria a su Padre.
Volvieron a casa con la cena y así pudieron cenar sin ningún inconveninete mientras veian un capítulo de los Simpsons, de esos que han repetido en la televisión millones de veces. Después de cenar, Erika se retiro a su cuarto, ese pequeño espacio en el no tenia que hacedrser pasar por otra persona, donde podia ser ella misma. Era un pequeño cuarto lleno de poster de sus grupos y artistas favoritos como Fall out boy o Paramore, o dibujos de Victoria Francés. Y allí en un lugar en las sombras se encontraba su querida guitarra. En cuanto la vió la inundo el deseo de cantar algo, y no espero mucho para hacerlo:
El diecinueve de agosto, empiezo el dia con el sol, abro los ojos, esperando ver los tuyos, de un color tan intenso, que nunca se me olvidaran, pero solo encuentro , el azul del cielo... Vuelve a mi, junto con la luna, ilumina mis noches, vuelve a mi y quiereme, como se quieren, las estrellas y los astros... Besame al despertar, besame al dormir, con los labios, que un dia me hablaron, hazme enloquecer, y fundete conmigo, por toda la eternidad, por todo el universo, vuelve a mi, junto con la luna, ilumina mis noches, vuelve a mi y quiereme, como se quieren, las estrellas y los astros, unidos en el inmenso cielo, se encuentran mis deseos, esos deseos que piden, que tu sigas como siempre, que nada halla cambiado, y que pronto encuentres, el camino de estrellas, que te conduce hasta mi, vuelve a mi, junto con la luna, ilumina mis noches, vuelve a mi y quiereme, como se quieren, las estrellas y los astros...
Termino de tocar los últimos acordes de la melodia esperando que nunca se acabase. Era la primera canción que habia compuesto en su vida y tenia verdadero aprecio a aquellos acordes. No era una canción que estuviera escrita para alguien y la letra no reflejaba ninguna historia que la hubiera sucedido, simplemente se habia puesto en el lugarde su madre cuando el desaparecio, escribiendo las palabras que ella hubiera puesto en sus labios si fuera a ella a quien le hubiera pasado.
-¡Erika! ¡deja la guitarra y vete a dormir que mañana tienes clase!
-¡Ya voy mamá!- nunca le habia contado a su madre que la cancion estaba basada en ella.
Así Erika guardo la guitarra con mucha delicadeza, se preparo el uniforme para mañana y se lavó los dientes.
"Otro día en mi aburrida vida", pensaba mientras e metia en su caliente cama y en menos de diez minutos ya se encontraba en un profundo sueño.
Antes de que sonara el despertador Erika ya se habia despertado y levantado. Hoy, dentro de lo que cabia, estaba feliz, ese dia no tenia que llevar el uniforme de su colegio, hoy podia ir de ropa de calle ya que iban a hacer una escursión. Era ya practicamente finales de curso, por delante solo quedaban unos pocos dias más y los examenes finales, y, como todos los años, se hacia una excursion a la montaña con toda la E.S.O.
Así pues, Erika se vistio con sus pantalones pitillos negros, una camiseta gris con letras rojas que ponian "Esta noche te dolerá como ninguna". Por último se ató sus zapatillas rojas y se colocó su llamador de angeles.
Su madre ya la habia preparado el desayuno y la comida que se llevaria.
-¿Preparada para andar canija?-.
-Dejame en paz David-.
-No empezeis ya desde por la mañana chicos- les riñó Maite
-Si mama- fue la única respuesta que tuvieron ambos.
Despúes de desayunar, terminar de arreglarse y prepararse la mochila, Erika estaba lista para irse con sus hermanos.
-Hasta luego mama- se despidio mientras la daba dos besos en las mejillas a su madre.
-Adiós cariño, pasatelo bien, te quiero- ella siempre se despedia con un te quiero.
Los tres hermanos salieron de aquel edificio y se dirigieron al colegio, en diez minutos ya habían llegado.
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