Los ojos de la Dama Muerte- 6º parte

Las cosas se complican cada vez más para nuestros jovenes amigos

-Hace tiempo esa mujer fue humana... Ahora la Dama Muerte juega con ella, como si de una maronieta se tratase, aunque pronto tendrá dos marionetas más- una risa finalizó la frase que había pronunciado la mujer.
Los chicos siguieron corriendo, pero pronto descubrieron cuantas personas habían entrado es aquella casa y no habían salido, pues la aparición de cuerpos como el de la mujer anterior, no tenía fin.
Hubo un momento que fueron cogidos por varias de esas "personas". Sus cuerpos estaban fríos como el hielo y hagarraban a los chicos con una fuerza increible.
Un joven agarró la cara de Sandra e inesperadamente la beso en sus tiernos labios. El beso fue frío y sin sentimiento, pero acada segundo en que sus labios estaban unidos algo de Sandra moria. La joven empezó a sentir como su cuerpo se enfriaba y su mente se vaciaba de pensamientos. Pero algo la sacó de ese beso, algo cálido y lleno de vida. La mano de Alberto la agarraba y arrastraba, apartandola del joven que la habia robado un beso.
Los jovenes consiguieron andar unos pocos pasos y separarse de sus acosadores, llegando hasta un dormitorio y se encerrandose en él.
Respiraron poco, pues delante de ellos se manifestaba otra de esas "personas" que habían perdido la vida de aquella manera tan terrible. En este caso era un niño pequeño, de no más de cinco años, pero no parecía que tuviese intención de ir a por ellos.
-La vida no es como una caja de bombones en la que nunca sabes lo que te va a tocar... la vida es un juego en el que solo juegas tú mismo y la muerte, si cometes un fallo, la muerte te alcanzará, y si aciertas, la muerte pierde un turno, pero hasta ahora en este juego solo a ganado una persona... la muerte- la voz de la mujer parecía divertida al decir estas palabras.
-Estan locos- manifesto Alberto, el cual intentaba vendar la mano herida de su compañera.
-Puedes llamarnos así si te gusta, pero como iba diciendo... solo una persona ha ganado... la Dama Muerte... pero como todo juego, tiene sus trucos y sus engaños, ¿estamos locos por haber echo un trato con el servidor de la Dama Muerte?, así es jovencito, hemos echo un pacto con el diablo- rompió en una risotada estridente.
- El pacto- continuó su compañero mientras la mujer seguía riendo -nos da la vida eterna, vivimos en esta casa hasta el final de los días de este triste planeta, pero la Dama Muerte no puede hacer excepciones-.
-Nosotros vivimos eternamente durante la noche- le interrumpió de nuevo la mujer -con la condición de que le llevemos más almas, almas de gente como vosotros, jovenes en la flor de la vida, los gatos vivían antes con nosotros, cuando eramos simples humanos, ahora nos ayudan en nuestra labor de ayudar a la Dama Muerte-.
Sandra y Alberto escuchaban perplejos a los que probablemente serían sus asesinos. A pesar de saber que el gato les había traído hasta su perdición, ellos todavía seguían sin arrepentirse de ello, lo cual les estaba volviendo locos a los dos.