jueves, 8 de abril de 2010

Bajo la luna del vampiro- 1º Capítulo

Capítulo 1- Comienzo (5ª parte)

-Aunque no lo creas, yo no soy el único peligro que hay por estas tierras... Yo que tu me seguiría-.
Las palabras de Jared fueron suficientes para hacer que Erika le siguiera.
Anduvieron un buen rato, mientras las horas pasaban y el mediodía se hacía presente.
Ninguno de los dos hablaba, simplemente caminaban el uno detrás del otro, sin mirar atrás.
Jared parecía decidido, y lo más probable es que hubiera ido más rápido de no ser porque tenía que esperar a Erika. Por el contrario, Erika ya estaba cansada, y el hambre no la dejaba andar muy rápido.
-Ya queda poco- escueto en palabras, Jared siguió caminando.
Erika quería preguntarle para qué quedaba poco, pero tenía la sensación de que no iba a recibir ninguna respuesta.
Después de unos veinte minutos más, cuando Erika ya iba a decirle a Jared que necesitaba parar, ante ella se pudo ver una enorme casa de madera. Estaba cubierta por todos los árboles de alrededor, y no había ningún camino que llegara a ella, por lo que se veía que era difícil encontrarla, a pesar de lo enorme que era.
Los dos entraron en ella y contemplaron su clásica decoración. Los muebles eran todos de madera, y espectaculares armaduras y antiguos cuadros llenaban el espacio de aquella casa.
-La cocina está allí, come algo, yo tengo que descansar-.
-Vale…- Erika estaba alucinando con lo que veían sus ojos.
Así, Jared se ocultó una de las tantas habitaciones del lugar.
Por otro lado, Erika se fue derecha a la cocina en busca de algo de comer. La joven no encontró gran cosa, la cocina estaba medio vacía, pero encontró lo suficiente como para comer.
Y allí, sentada en una hermosa y a la vez enorme mesa, mientras comía, Erika se pregunto qué pasaría ahora, que sería de ella en aquel lugar.
“Jared no parece mala gente… ¿pero entonces por qué me ha traído aquí? Estoy hecha un lio…”
-¡No entiendo nada!- esta última frase no pudo evitarla decirla en voz alta.
No pudo echarse a reír al darse cuenta de que había empezado a hablar sola.
-Me he vuelto loca, definitivamente-.
Después de comer, y sin señales de Jared, la joven decidió dar una vuelta por aquella casa. En su paseo, Erika pudo ver que en la parte trasera había un gran prado de flores. También que no había ni una sola foto, solo gigantescos cuadros de personas con aire antiguo y, en ocasiones, un toque macabro en sus ojos, de color rojo.
Durante la caminata por uno largo pasillo, Erika se fijó en uno de esos grandes cuadros que adornaban el lugar. En él, podía verse la figura de una niña pequeña con dos largas coletas. Sostenía lo que parecía una muñeca de porcelana. Todo era normal hasta que mirabas su rostro. Sus dos grandes ojos rojos lloraban en lo que parecía un angustioso llanto, en sus labios asomaba un pequeño colmillo. A Erika le pareció un cuadro sobrecogedor, pues el dolor que transmitía esa niña, nunca lo había visto en otro cuadro.
Inquietada después de haber visto aquel cuadro, siguió su marcha por aquella casa.
La tarde continuó su curso, dejando paso a la noche de aquel extraño día para la joven.

No hay comentarios:

Publicar un comentario