domingo, 4 de abril de 2010

Juegos de duende- 2º parte

El duende una gran fiesta organizó, mientras la joven reina del castillo lloraba con una sonrisa dibujada en su rostro, al pensar en el amargo destino de los niños.
Todo reluciente, lleno de juguetes y de pasteles para recibir a los nuevos príncipes del lugar… a las nuevas marionetas del pequeño duende.
Así los gemelos llegaron y pronto descubrieron el maravilloso paraíso que había sido creado especialmente para ellos. Ellos disfrutaban y reían con el que ahora era su nuevo amigo. Mientras tanto la niña que antes había jugado con él, miraba sin poder avisarles de la cruda realidad.
“Esto no puede ser real, yo estoy soñando… no… ya no puedo escapar, yo caí en este juego sin fin, y ahora no puedo parar la partida… no… yo… yo sobreviviré, no dejare que este pequeño duende me gané… no dejaré que engañe a estos niños…”
Los pensamientos de la joven reina se contradecían con el aspecto de diversión que ella mostraba, pues como un juguete, ella solo podía sonreír. Ella ahora sabe que vive en una pesadilla, pero sigue siendo incapaz de despertar, pues es una pesadilla tan fuerte, que solo el pequeño duende puede deshacerla.
Ahora, los niños cegados por los juegos, empezaron a escuchar la suave nana que el duende les cantaba a los oídos. Una macabra nana que parecía nunca terminar.
El suave acorde de la melodía nublaba el sentido de los dos gemelos, convirtiéndolo todo en una pesadilla, disfrazada de hermoso sueño.
Pero el duende se olvidó de su pequeña reina, y ella decidió cantar también una suave melodía. La canción contenía la verdad, la verdad de su oscuro sueño. La niña seguía dormida, pero dentro de su pesadilla, ella cantaba.
Cuando el pequeño duende quiso darse cuenta, sus nuevo amigos ya había oído la verdad y pronto corrieron lejos del lugar.
Pero el duende no podía permitirlo, no podía dejar huir a sus dos nuevos juguetes, pero seguía olvidándose de su joven reina.
Ella lo cogió y lo abrazó, mientras seguía cantando su canción.
Así, los niños consiguieron salir de aquel bosque, aunque dentro de su mente todavía siguen escuchando los suaves acordes de la nana del pequeño duende. Por otro lado, la joven sigue reinando aquel mágico reino, mientras en sus ojos unas lágrimas asoman y en sus labios, la verdad en forma de canción.
El pequeño duende en brazos de su pequeña reina descansa, esperando volver a jugar…

Espero que os haya gustado, me gustaría que escribierais vuestros comentarios respecto a la historia, si os ha gustado, si os ha aburrido o que cambiarais. Bueno hasta aquí mi primer relato ^^.
Oscuros y sangrientos besos ^^

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