Mi amiga la muerte- 2º parte

Noto como se acelera mi corazón, pero estoy seguro que no es por la visita de esta vieja amistad, sino por el fragor de la pelea, cada vez más intensa, cada vez con aquellos enemigos más cualificados pues son los que han sobrevivido al resto de mis compañeros.
Cuerpos mutilados por las espadas que rozan el viento a la espera de otra carne donde poder hundirse, son prácticamente el suelo que ahora pisamos los que seguimos en pie.
Es triste pero ni siquiera siento pena por ellos, ni asco, ni dolor… La sociedad me ha convertido en una máquina que ante la lucha, no pare por nada.
Los grandes jefes se ríen desde su altar observando cómo su ejército matan y mueren en su nombre exclusivamente por el honor que precede a los que salgan con vida de aquel mismísimo infierno.
Entrenados desde pequeños, sólo los mejores llegamos hasta este lugar. Ahora sé que al único lugar que llegamos es al infierno transportado a nuestra tierra… Donde los demonios se pasean divirtiéndose al sentir el último aliento de los hombres que allí yacen.
Ya no encuentro sentido a seguir en pie ¿para qué? Si después de cada espada que esquivo sé que habrá otra esperándome para darme su frío beso.
Las horas ya se notan, y el cansancio inunda nuestros cuerpos, pero ninguno cede y los que lo hacen encuentran en el infierno un paraíso comparado con lo que han vivido en estas tierras.
Sé que cuando muera iré al infierno, he matado y no me arrepiento. Tampoco suplicare a un Dios en el que no creo para que me lleve con él, pues hace mucho que dejé de pensar que irreales oídos iban a escucharme.
Un suave silbido hace que salga de mis sueños… Mi espada a caído y con ella, parece que caerá mi vida…
-Llévame vieja amiga…-.
No hay palabras para describir cómo se siente cuando el frío metal corta tu carne y se baña en el calor de tu sangre. Ni siquiera veo al enemigo que ahora ríe con el macabro espectáculo que le ofrezco ante su deleite.
Mi cuerpo tiembla mientras toso sangre. Nunca antes había notado mi corazón tan acelerado pues en un vano intento pretende abastecer mi cuerpo con sangre pero por el contrario, mi sangre se escapa sin remedio dibujando en el suelo mis últimos momentos.
Ahora solo oigo pues mis ojos se han cerrado a este mundo mortal… Miento no solo oigo, también siento… Siento un abrazo conocido, un abrazo frío y majestuoso… Mi amiga, mi amiga por fin me saluda como es debido, aunque presiento que vamos a tener mucho tiempo para saludarnos correctamente pues mientras me abraza… yo le regalo el último de mis soplos de vida…

Espero que os haya gustado, me gustaría que escribierais vuestros comentarios respecto a la historia, si os a gustado, si os a aburrido o que cambiaríais.

Oscuros y sangrientos besos ^^